Desastre Nº 1: Hombres. Una vida llena de reveses y hambre enseñaron a Faith Duffy a no creer en el amor. Aún así, cuando se casa con su muy rico - y muy viejo- marido, se convierte en la perfecta mujer florero. Y cuando su marido se va al cielo deja a Faith sola por las noches, una cantidad obscena de dinero y un equipo profesional de Hockey. Ups, pero si Faith no ha visto nunca un partido de Hockey!
Desastre Nº 2: Pasión. La mayor parte de America y Canada está pendiente del juego de Ty Savage. Su sex appeal y su gancho derecho han hecho de él el favorito de los fans. Durante toda su carrera ha soñado con ganar la Copa Stanley y lo último que necesita es una barbie que le chafe los planes.
Desastre Nº 3: Amor. Faith odia a Ty a primera vista, pero no puede evitar pensar en él a cada momento del día.... y de la noche. Cuando acaban por ceder a la tentación y acaban en la cama, Faith empieza a ver una parte de Ty que va mucho más allá de su atractivo físico. A su vez Ty descubre que hay mucha más en Faith que belleza y dinero. Pero una relación con Faith es imposible y enamorarse.... sería un desastre.
Si tuviera que describir los libros con sensaciones la que ganaría por goleada en este libro es la de haber vivido un deja vu continuo. Ya desde que leí la contraportada pensé... yo esto lo he leído y a lo largo del libro se repite la sensación de haber estado ahí, de haber leído eso, de conocer la historia.
No puedo evitar escribir que esta novela me ha parecido un cruce entre "Tenías que ser tu" de Susan Elizabeth Phillips y "Contacto" de Deirdre Martin. Una mujer tan sexy que parece una barbie, a la que todo el mundo toma por la rubia tonta, y hereda un equipo de hockey. Un familiar que la odia y quiere arrebatarle el equipo. Un jugador obsesionado con ganar que solo quiere pensar en el deporte pero no puede dejar de pensar en la protagonista. Pues eso,.... blanco y en botella.
Debo aclarar que a mi Gibson me gusta, además me gustan los libros cuyos protagonistas son deportistas, he leído los de los Chicago Star de SEP, los de los NY Blades de Deirdre Martin y también los de los Chinooks de Gibson. Así que la historia no es que me haya disgustado (repito, me gustan este tipo de libros) pero sí que me ha desilusionado y sabido a poco por aquello de que no hay nada nuevo bajo el sol.
También pienso que Gibson no escribe una mala historia, la química entre los dos protagonistas es increíble. Es difícil que Faith caiga bien a priori pero Gibson consigue que si bien no entiendas algunas decisiones en su vida, que llegues a no juzgarla. Ty, es el típico hombre Gibson, deportista, totalmente alpha y absolutamente sexy.
Los secundarios desaparecen como por arte de magia y quedan en el aire. En eso le falta mucho a Gibson para llegar a parecerse a SEP y el final me ha parecido muy precipitado.... no he podido evitar pensar: tanto drama para esto?? ayssss.
En general, el libro no está mal. El tufillo a conocido le quita mucha frescura y originalidad, pero supongo que a quien, como a mi, le gusten los libros a los que se parece pues no le desagradará. Lo que no recomiendo es leerlo después de leer uno de SEP... mejor dejar reposar para poder apreciar mejor la historia.
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