Este blog respeta los derechos de autor.

Todos los libros de los que aquí hablamos han sido comprados y leídos en papel o ebook en español o en inglés. Este NO es un blog de descarga de libros. Las críticas y/o reseñas que aquí se pueden leer son opiniones personales, nada más, y no pretenden ser otra cosa. Reseñamos principalmente novelas románticas, pero también, de vez en cuando, damos nuestra opinión sobre novelas pertenecientes a otros géneros.



domingo, 13 de diciembre de 2009

Cómo casarse con un marqués de Julia Quinn


Desde la muerte de sus padres, cinco años atrás, Elizabeth se ha convertido en la cabeza de familia de los Hotchkiss. Criar a sus hermanos menores no es fácil para una joven de apenas veintitres años con pocas perspectivas de futuro y sin ayuda de ningún tipo. Trabaja como dama de compañía de la excéntrica anciana Lady Danbury, pero su salario apenas es suficiente para alimentar a sus hermanos, con lo que las posibilidades de que el pequeño Lucas, su hermano, que heredará el título de baronet, vaya a estudiar a Eton, como es tradición entre los hombres Hotchkiss, son cada día menores. Ante tal perspectiva, Elizabeth sabe que la única solución pasa por casarse con un marido rico, pero ¿cómo una joven sin fortuna, título ni influencias puede atrapar a un buen partido?

Así, cuando un día tropieza en la biblioteca de Lady Danbury con un ejemplar de Cómo casarse con un marqués, no puede evitar echar un vistazo al libro. Pese a encontrarse ante un manual que -a ojos de Elizabeth- no dice nada más que sandeces, le resulta imposible no caer en la tentación de leer los consejos del libro. Y para poner en práctica tales consejos, escoge a James Siddons, el nuevo administrador de la finca de Lady Danbury.

James Sidwell, el marqués de Riverdale, es el sobrino de Lady Danbury. Más allá de formar parte de la aristocracia inglesa, James ha trabajado durante años para el ministerio de Guerra de Gran Bretaña. Lamentablemente, su última falsa identidad fue descubierta y desde entonces se ha visto obligado a alejarse del campo de batalla. De modo que cuando su tía le pide ayuda para descubrir quién está extorsionándola, no duda en hacerse pasar por James Siddons, el nuevo administrador de la propiedad e investigar así quién es la persona que está chantajeando a su tía Agatha.

De entrada, sus sospechas recaen sobre Elizabeth Hotchkiss, la torpe dama de compañía de su tía, pero rápidamente se percata de su error. La muchacha es, sencillamente, algo descuidada, tiene propensión a tropezar con cualquier cosa y sus cambios de personalidad y humor pueden ser un tanto bruscos e inexplicables pero son parte de su dulce encanto.
Lo que no sabe James es que Elizabeth está practicando con él los consejos para cazar a un marqués -sin saber que está realmente ante uno, de ahí la volatibilidad de sus emociones.
Cuando James lo descubre se ofrece como voluntario para que Elizabeth aplique los conocimientos adquiridos. Pero lo que empieza como un juego, acaba desembocando en una pasión desconocida para ambos que hace peligrar el secreto de James y los planes de futuro de Elizabeth.

Con Cómo casarse con un marqués continúa la saga de Agentes de la Corona que dio comienzo como Cómo atrapar a una heredera. En esta oportunidad el protagonista de esta disparatada y amena novela es James Sidwell, el marqués de Riverdale, compañero y amigo de Blake Ravenscroft que, junto a Caroline, protagonizó la anterior novela.

A grandes rasgos diría que Cómo casarse con un marqués es una novela sencilla y muy amena de principio a fin. Como es ya habitual encontrar en las novelas de Julia Quinn, el sentido del humor está muy presente, hasta el punto que en ocasiones las escenas y situaciones que se describen son tan hilarantes que no puedes evitar reír.
Esta saga fue escrita antes de los hermanos Bridgerton, algo que se aprecia, pues desde mi punto de vista es más sencilla y menos profunda en sus tramas. Sin embargo, también pueden apreciarse algunos de los rasgos más distintivos que sólo la pluma de Julia Quinn logra transmitir y reflejar y que, el paso de los años, ha pulido y mejorado.

La historia de amor de Elizabeth Hotckiss, dama de compañía de Lady Agatha Danbury, y el administrador de fincas -en realidad un codiciado marqués- James Siddons, posiblemente no es una de las mejores que ha escrito esta escritora pero es muy agradable de leer, ágil y muy entretenida. Entreteje la dulzura y torpeza tan propia de la protagonista femenina, así como de sus hermanos, con la gallardía y carácter aventurero de James Sidwell. La de ellos es una historia de amor donde imperan los secretos y los malos entendidos, pero malos entendidos que da pie a situaciones, en ocasiones, hilarantes.
Ambos saben que necesitan casarse con alguien de buena posición y de alcurnia. Elizabeth necesita un marido cuanto más rico mejor; James debe casarse con una mujer digna de convertirse en su marquesa. Sin embargo, uno y otro, se enamoran de alguien que, a primera vista, no es la pareja perfecta: Elizabeth es una joven dama de compañía, sospechosa de estar chantajeando a su tía Agatha; bajo esa fachada elegante y atractivo, James no es más que un administrador. Y si bien Elizabeth podría ser feliz junto a él, el futuro de sus hermanos depende de ella y, ¿qué futuro les aguarda si se casa con alguien tan humilde?

La novela está salpicada de duelos verbales, tiras y aflojas que hacen de ésta una lectura ágil.
El personaje de Lady Danbury goza de gran importancia y protagonismo en la novela, ya que es gracias a ella que Elizabeth y James se conocen y bajo su techo nace esta atípica y alocada historia de amor. La excentricidad de la anciana da lugar a escenas divertidas, que nunca vienen mal en una novela romántica, y que, a mí particularmente, me han hecho pasar muy buen rato.

Como secundarios cabe destacar a los hermanos Hotchkiss, el pequeño Lucas, Susan y Jane que ofrecen el contrapunto perfecto, protagonizando infinidad de situaciones trascendentes.
La novela es muy sencilla, no hay grandes misterios ni secretos, los engaños y malos entendidos pueden detectarse sin problemas pero, en su simpleza y tono humorístico, la novela me parece amena y muy entretenida.
No la considero la novela más notable de Julia Quinn, pero sí una agradable lectura para una tarde de invierno que, si eres lectora de esta escritora, probablemente te dejará con una sonrisa en los labios por su extrema sencillez.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.