Charlotte es una de las niñas que Genevieve y Haydon Kent adoptaron y dieron un hogar , alejándoles de la pobreza, los abusos y la cárcel que habían formado parte de los primeros años de su vida. Siendo muy niña, a causa de una paliza recibida a puños de su propio padre, quedó coja. Años más tarde, aquella dulce pequeña que robó el corazón de tantas lectoras en El prisionero se ha convertido en una joven que siguiendo los pasos de sus padres adoptivos ha creado una casa refugio, donde acoge a prostitutas y pequeños pilluelos a los que alienta a abandonar las calles y dar un nuevo rumbo a sus vidas.
Para recaudar donativos con los que mantener dicha casa acude a bailes y reuniones celebradas en casa de nobles y familias acomodadas, a la espera de convencerlos de su causa.
Es en una de estas reuniones sociales, en casa de los Pembroke, donde tropieza con un ladrón que trata de robar las joyas de la familia. Enseguida lo identifica como a La Sombra, un escurridizo delincuente que años atrás mantuvo en jaque al cuerpo de policías de Londres con sus robos, y al que nunca logró detener ni descubrir su identidad.
Cuando Charlotte y La Sombra son sorprendidos, la joven lo convence para que la utilice como rehén y así poder escapar, ya que se cerciora que no va armado y en el fondo no desea que resulte malherido o algo peor. Pero cuando a pesar de todo es herido, Charlotte lo conduce hasta su casa refugio donde atiende sus heridas y salva de ser descubierto.
Aún sin conocer su identidad, ya que La Sombra lleva el rostro cubierto, Charlotte se convierte en la defensora del ilustre ladrón cuando además de robo es acusado de asesinato, pues ella sabe con certeza que no es así.
Cuando un fantasma de su pasado regresa y amenaza la plácida vida que se construido, Charlotte se encuentra en la tesitura más difícil de su existencia y debe acudir a la mismísima Sombra, al que para salir de su apuro trata de chantajear.
Pues no le resulta complicado averiguar que detrás de la máscara de La Sombra se oculta Harrison Payne, el marqués de Bryden, quien para pagar las deudas contraídas por su difunto padre, años atrás cometió varios robos. Ahora, dieciséis años más tarde, La Sombra ha regresado.
Aunque en realidad no se trata de Harrison, sino de alguien que lo imita. Pero viendo que su presente se ve amenazado, quiere desenmascarar al ladrón que trata de hacerse pasar por él mismo y arruinarle la vida.
De ese modo, Charlotte y Harrison, dos personas pertenecientes a dos mundos que no pueden ser más diferentes -una excéntrica solterona que dedica su vida a salvar de la pobreza y la cárcel a mujeres y niños, un marqués al que acosan sus propios demonios- se ven unidos y en la necesidad de confiar en el otro. Pero como en toda novela romántica que se precie en el proceso se compromete algo más valioso: los corazones de ambos.
Aunque esta novela no es nueva, se publicó por primera vez hace unos años, ha sido recientemente, tras su reedición, cuando he tenido la ocasión de leerla y “descubrir” a una autora que me ha dejado con ganas de leer más.
Aunque se puede leer de manera independiente, Mi ladrón favorito está relacionada con El prisionero, La rica heredera y Susurros de pasión, protagonizada por la familia Kent.
Bien, centrándome en la historia en sí, que me ha atrapado de principio a fin, lo que más me ha llamado la atención es la pareja protagonista. A pesar de las abismales diferencias sociales que les separan, sobre todo por crianza y la vida que han elegido, tanto Charlotte como Harrison tienen algo en común: un pasado oscuro que regresa para amenazar su presente y futuro.
Harrison teme que sus delitos pasados enloden el nombre de su familia, una familia por la que ha luchado muy duramente tras el suicidio de su padre, aquejado de una enfermedad mental que lo fue consumiendo poco a poco. Charlotte teme que la vida de miseria y robos, cárcel y vergüenza que conoció durante su infancia, empañe o termine con su casa refugio y el buen nombre de la familia Kent.
Desde mi punto de vista, además hay algo más que une a la pareja protagonista de Mi ladrón favorito: un defecto o dolencia que los acompleja y asusta. Harrison tiene pánico a heredar la enfermedad que acabó con su padre; Charlotte se siente inferior a causa de su cojera.
Pero aún escondiendo esos temores, yo describiría a los protagonistas de esta novela como una pareja de luchadores. Ambos han luchado con denuedo por dejar atrás su pasado y, en la actualidad, velan por el bienestar de sus seres queridos. Sin embargo, el destino y sendos fantasmas amenazan la paz de ambos.
Y, como suele suceder en toda novela romántica, en el proceso de esta lucha se encuentran el uno al otro y se enamoran.
Me ha encantado el estilo de Karyn Monk, la sencillez pero minuciosidad con que retrata esa parte oscura de la sociedad londinense quemás allá del boato de bailes y el brillo de las joyas que engalanan a las damas más distinguidas, no deja de existir ni ser real. Nos narra la historia de un hombre y una mujer que conocen la oscuridad y el miedo a la pobreza, también a la locura y los remordimientos.
Aun partiendo de temas tan amargos, la novela destila optimismo y esperanza; también temor y recelo. Eso no se puede negar. Pero me ha gustado mucho leer otro tipo de historias que, como ésta, se alejan de estereotipos trillados y repetidos una y otra vez. Me ha parecido muy refrescante leer una historia de amor con protagonistas diferentes, que han cometido errores, que han sufrido y cuya posición y dinero no sirven para escapar.
Me ha encantado también como conviven en esa casa refugio e ir conociendo los miedos y esperanzadas de prostitutas golpeadas, jóvenes que no han conocido nada más que depravación y miseria, envejecidos ladrones o pequeños pilluelos como Flynn. Y cómo se describe la evolución de estos personajes, su lucha por dejar atrás una vida tan amarga. Creo que el cambio y el deseo de aspirar a algo más, resulta muy creíble, pues no es una transformación milagrosa ni Charlotte es una encantadora de serpientes que los engatusa sin más. Y eso, esa evolución y lucha interior, me ha calado por su realismo y sencillez.
Diría que el estilo de Karyn Monk es muy realista, a la vez que te crea un mundo que te hace soñar, te describe la realidad de una época y unas personas nacidas en barrios desfavorecidos, que han crecido entre ladrones, alcohólicos y prostitutas.
Con todo este trasfondo, en ocasiones me envolvía más la historia de los personajes secundarios -sin llegar a eclipsar a la pareja protagonista- pero el enamoramiento de Charlotte y Harrison, aunque muy rápido, me ha hecho disfrutar mucho de esta novela. Y el resto de hermanos Kent, sobre todo Jack, me han dejado con las ganas imperiosas de conocer y leer sus historias.
No puedo olvidarme de mencionar el misterio que rodea a La Sombra y la identidad de quién se esconde tras la máscara del ladrón.
No me extiendo más. Mi ladrón favorito es una novela histórica, diferente, realista pero a la vez que te hace soñar, que transmite esperanza y que no deja de mostrar una realidad y una problemática social que por cerrar los ojos no desaparece. Desde mi punto de vista cuenta una bonita historia de amor que, al menos a mí, me ha proporcionado una lectura muy agradable y emotiva, gracias a la que conocido a la autora Karyn Monk, de la que estoy deseando leer otras de sus historias.
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