Novela sin traducir
James Traherne, marqués de Wingate, tiene un carácter fuerte, pero no es capaz de controlar a su hija, Isabel. La última señorita de compañía de la joven, desesperada, renuncia a su puesto.
El marqués no tiene más remedio que buscar una rápida sustituta, porque la muchacha se enamora de los hombres más indeseables.
Kate Mayhew es la mujer que se ocupa de los hijos de los vecinos, tiene un carácter tan fuerte como el marqués y, sin embargo, Isabel la adora y en su compañía se comporta adecuadamente. Sin embargo entre ella y James no hay armonía. A pesar de todo, se ve obligado a contratarla con una importante cantidad de dinero con tal de meter en vereda a su hija. Luego, se da cuenta de que contratar a Kate ha sido un error, porque representa una tentación para él.
Es una historia sencilla, sin grandes pretensiones. Pero la autora consigue enganchar por su manera de relatar las escenas.
La protagonista femenina es la que aparece en muchas otras novelas de este tipo: muy hermosa, muy inteligente, muy capaz y con un escándalo a sus espaldas. Parece incluso vulnerable, pero no es así ni de lejos. Y aparte de sus muchas cualidades, adora a los niños. El personaje nos cae bien nada más conocerla.
Lord Wingate también tiene un escándalo en su vida pasada. Y es terco, arrogante, insolente y atrevido. Vamos, que tiene todos los componentes para que las lectoras se enamoren de él, porque se vislumbra un fondo inmejorable, como en casi todos los protagonistas orgullosos de las novelas románticas. Con numerosas amantes y con un corazón que no piensa doblegar ante ninguna mujer. Pero adora a su hija aunque le cueste demostrarlo. Para él, conocer a kate representa un handicap porque despierta unos sentimientos que creía ya muertos.
La intriga también está presente en esta novela, como la guinda de un pastel que apetece comerse nada más empezar a leerla.
Lo mejor, sin duda, las situaciones, algunas veces graciosas.
Lo peor, que no acaba de profundizar relatando el conocimiento de los personajes entre sí.
No la catalogo de una gran novela porque, repito, es una historia más, pero sí cumple el rol de entretener lo suficiente.
James Traherne, marqués de Wingate, tiene un carácter fuerte, pero no es capaz de controlar a su hija, Isabel. La última señorita de compañía de la joven, desesperada, renuncia a su puesto.
El marqués no tiene más remedio que buscar una rápida sustituta, porque la muchacha se enamora de los hombres más indeseables.
Kate Mayhew es la mujer que se ocupa de los hijos de los vecinos, tiene un carácter tan fuerte como el marqués y, sin embargo, Isabel la adora y en su compañía se comporta adecuadamente. Sin embargo entre ella y James no hay armonía. A pesar de todo, se ve obligado a contratarla con una importante cantidad de dinero con tal de meter en vereda a su hija. Luego, se da cuenta de que contratar a Kate ha sido un error, porque representa una tentación para él.
Es una historia sencilla, sin grandes pretensiones. Pero la autora consigue enganchar por su manera de relatar las escenas.
La protagonista femenina es la que aparece en muchas otras novelas de este tipo: muy hermosa, muy inteligente, muy capaz y con un escándalo a sus espaldas. Parece incluso vulnerable, pero no es así ni de lejos. Y aparte de sus muchas cualidades, adora a los niños. El personaje nos cae bien nada más conocerla.
Lord Wingate también tiene un escándalo en su vida pasada. Y es terco, arrogante, insolente y atrevido. Vamos, que tiene todos los componentes para que las lectoras se enamoren de él, porque se vislumbra un fondo inmejorable, como en casi todos los protagonistas orgullosos de las novelas románticas. Con numerosas amantes y con un corazón que no piensa doblegar ante ninguna mujer. Pero adora a su hija aunque le cueste demostrarlo. Para él, conocer a kate representa un handicap porque despierta unos sentimientos que creía ya muertos.
La intriga también está presente en esta novela, como la guinda de un pastel que apetece comerse nada más empezar a leerla.
Lo mejor, sin duda, las situaciones, algunas veces graciosas.
Lo peor, que no acaba de profundizar relatando el conocimiento de los personajes entre sí.
No la catalogo de una gran novela porque, repito, es una historia más, pero sí cumple el rol de entretener lo suficiente.
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