¡Eleanor está furiosa!
La cínica señora Tennant quiere una compensación de la popular columnista que arruinó la vida de su sobrina Belinda, pero pronto descubrirá que el culpable de ese desaguisado es, inesperadamente, un hombre llamado Simon Westover. Este, por su parte, ha de proteger a toda costa su identidad oculta, y por ello accede a ayudar a Eleanor en la búsqueda de la desaparecida Belinda y su amante. Sin embargo, disfrutar de la embriagadora cercanía de esta dama tan distinguida es demasiado para un romántico empedernido como Simon. ¿Cómo podrá convencer a Eleanor de que no es un simple entrometido, sino un caballero apasionado al que dominan intensos deseos? ¿Le demostrará de paso a esta dama racional y conservadora que los sueños románticos pueden hacerse realidad?
La viuda Eleanor Tennant está a cargo de su joven sobrina Belinda. En su primera temporada, Belinda se enamora apasionadamente de Geoffrey Barkwith, un conocido libertino. La muchacha solicita el beneplácito de Eleanor pero sólo encuentra consejos acerca de la inconveniencia del amor romántico y la sensatez de un buen matrimonio pactado.
Ante la negativa y el nulo respaldo de su tía, Belinda escribe a la famosa dispensadora de consejos, conocida por “La Entrometida”, cuya verdadera identidad todo el mundo desconoce, que desde las páginas de El Gabinete de las Damas de Moda, alienta los sueños románticos de aquellas que quieren un matrimonio por amor.
La respuesta que recibe no hace sino animar a la joven a perseguir sus sueños sea como fuere, algo que saca de sus casillas a Eleanor y decide encontrar a esa consejera de tres al cuarto, que está llevando a la perdición con sus estúpidos consejos, a las jovencitas virginales.
Después de poner en marcha toda una serie de mecanismos para dar con La Entrometida, la viuda Tennant por fin, logra dar con el origen de sus desvelos y, cuál es su sorpresa, cuando descubre que es un hombre joven y de buena posición: SimonWestover. Después de darle una buena bofetada, le pide que se retracte y que consiga hacer volver la cordura a su sobrina, de no hacerlo, cantará a los cuatro vientos su identidad.
Una vez que lo ha convencido y consigue llevarse a Simon a rastras para que convenza a la chica de que se ha equivocado al darle el consejo, cuando llegan a su casa, se encuentran con que Belinda ha huido con su enamorado. Y Eleanor decide que hay que ir tras ellos para evitar que el desalmado y sinvergüenza, deshonre a su sobrina. Sin embargo, Simon tiene sueños mucho más románticos, y está seguro de que los jóvenes van derechitos a Escocia para casarse.
Este es el inicio de la novela El soñador y las damas. Una novela en donde todo es bastante atípico. Empezando porque el protagonista masculino es la parte tierna, soñadora, romántica, feminista y sensible de la historia. Para continuar, porque la cabeza fría, la dureza de corazón, el desapego y la incredulidad en el amor, son, en este caso, patrimonio de la protagonista femenina.
Es además curioso el escenario donde se desarrolla la trama de la historia, pues los dos protagonistas se pasan prácticamente toda la novela metidos en un coche de caballos.
Y como nota original y arriesgada por parte de la autora, decir que Simon es pelirrojo… por todas partes.
Hechas todas estas aclaraciones, diré que la autora es muy buena escribiendo, y que ha ideado una historia diferente que me ha gustado leer. Lo cierto es que usar como único escenario el interior de un coche, me ha parecido muy valiente. Los diálogos estaban apoyados por las descripciones de los traqueteos del coche, los pensamientos y sentimientos de ellos y las narraciones del paisaje. Todo esto, ha llegado un momento que de verdad me ha sobrado y aburrido, y aunque como digo, reconozco el mérito y la calidad narrativa de la autora, la historia, en ocasiones, se hace pesadísima.
Simon y Eleanor no pueden ser más distintos. Inician un viaje que va a durar bastante, enfurruñados, forzados a compartir el interior del coche y enfrentados por sus ideas. A lo largo de su periplo, irán limando asperezas, intentando cada uno convencer al otro de sus motivos para pensar como piensa y, claro, enamorándose.
La verdad es que ninguno de los dos protagonistas me ha llenado ni he ha llegado. A Simon podría darle un aprobado, pero ella es que me ha caído fatal, sobre todo llegando casi al final.
Valoro mucho que la autora no haya metido una escenita de sexo donde no venía a cuento y, la que ha habido, que la haya hecho llegar cuando tocaba, no antes. Emoción, ninguna, también es cierto, pero puesta en su sitio y no metida con calzador.
Aproximándose la novela al final, la cosa parecía que iba a acabar fatal, pero la autora lo ha resuelto de forma muy bonita y emotiva. En realidad, digno final para como comienza la historia.
Concluyendo diría que, en general, el libro no está mal, comienza bien, decae y vuelve a estar bien.
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