Este es el segundo libro de la trilogía compuesta por Almas en la sombra, El brezal de las nubes y El caballero de los brezos, y los tres libros se pueden leer independientes.
En esta entrega, la autora nos narra los acontecimientos desde dos plumas: la de Peter y la de Billy (que cuenta parte de la vida del primero).
El Brezal de las nubes es la historia de Peter O’Sullivan y Mildred.
Regresamos de nuevo a Irlanda. A los montes de Donegal. A los caballeros de las nubes, ese grupo de muchachos que juegan a piratas y se divierten ofreciendo vasallaje a su reina, Katherine, que sueñan con bucaneros y tesoros y se cobijan bajo el árbol de las ardillas buscando las entradas secretas al mundo mágico de las hadas y los elfos. Chicuelos felices que no tienen más preocupación que sus aventuras, a los que la política de Inglaterra no les quita el sueño porque, a su edad, no la entienden.
Pero los niños crecen.
Peter y su hermana, May, descubren un secreto: hace mucho tiempo, su abuelo se enamoró de Bertha Morgan, una inglesa, una muchacha perteneciente a sus más fieros rivales, y se casaron en secreto. May, a su vez, se enamora de Gareth Morgan y sueña con que su amor pueda ser como aquél otro. Pero el joven no resulta lo que ella creía y acaba casándose con Patrick, en quien encuentra el apoyo para curar su dolorido corazón.
Y los muchachos siguen creciendo.
Casan a Katherine con un rico irlandés, lord Hasting. Y a partir de aquí el grupo queda incompleto, les falta una pieza fundamental: su reina. Y Corazón de Piedra se queda destrozado porque está enamorado de ella.
En 1641 se produce el levantamiento de Irlanda. Y a partir de aquí, los personajes cambian, sufren y matan. Todo el país está revuelto y los enfrentamientos sacan lo peor de cada uno. El castillo de los O’Sullivan es atacado, mueren los padres de Peter y el joven se ve obligado a escapar y unirse a las cuadrillas de rebeldes. Está decidido a luchar por su patria, pero es un poeta y prefiere morir por ella que matar por ella.
Los avatares de la guerra no impiden que el muchacho se enamore de Mildred, una muchacha dulce y bonita.
Pero el destino arrastra a Mildred a la esclavitud por una venganza mezquina y es embarcada hacia Jamaica para ser vendida como esclava.
Y otro tanto les pasa a Peter, Billy y lord Hasting.
La autora nos lleva entonces al Caribe, a la plantación donde se desarrolla el resto de esta historia. Ni las vejaciones, ni el duro trabajo, ni las torturas, consiguen doblegar el espíritu irlandés. Peter El Chacal encuentra en la plantación a Mildred y trata de salvarla por todos los medios arriesgando su propia vida, delatando incluso a sus camaradas al ver que van a torturarla. Sus amigos le entienden y le perdonan diciéndole que ellos habrían hecho lo mismo por la muchacha. Su confesión, sin embargo, puede acabar con la vida de William Hasting, el esposo de Reina Katherine. Y él se enfrenta al dueño de la plantación para salvar a su amigo, por lo que acaba siendo juzgado por asesinato y condenado a muerte.
No os inquietéis. Hay final feliz. Aunque no os voy a decir cómo se resuelve, claro.
Esta parte de la trilogía puede que sea la más descafeinada, porque nos describe a un protagonista poético, más proclive a perdonar que a la venganza. Un muchacho que se apoya siempre en Billy Tormentas, en el Caballero de los Brezos, su líder desde siempre, pero que al final demuestra su coraje como el mejor.
Viajar a Irlanda y soñar con el árbol de las ardillas, buscar pasajes secretos hacia el mundo de las hadas, ver cómo unos muchachos crecen y se enfrentan a sus miedos, disfrutar cuando los vencen… Marisa Villardefrancos nos regala una historia bonita donde combina las bucólicas tardes en el Brezal de las Nubes con los escabrosos días de esclavitud en Jamaica.
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