Quien conozca mis gustos literarios sabe que yo tengo debilidad por Nieves Hidalgo. Todo lo que escribe me encanta, y que es la reina de la novela romántica española es un hecho que no lo he inventado yo. Ha triunfado con todas sus novelas en cualquier subgénero que ha escrito dentro de la novela romántica, y con esta novela la autora da un paso más.
En esta ocasión se ha lanzado a escribir una comedia romántica actual y, para mi gusto, lo ha bordado.
A las ocho, en el Thyssen es una novela que me enganchado muy rápido y con la que me he reído a carcajadas.
La trama es superoriginal, que creo que el tema que toca a toda lectora romántica nos gusta, ya que se trata de un autor de éxito de novela negra que está atascado y no consigue escribir nada decente a causa de un desengaño.
Pero su editora decide darle la solución que necesita: le da la idea escribir una novela romántica, algo que está tan de moda últimamente. El problema viene cuando Alex no hace otra cosa que mezclar los géneros, y escribe una novela romántica entre zombies. Una novela que no es muy buena precisamente, pero que su editora convierte en un exitazo, por la incógnita que rodea al autor, que la escribe bajo seudónimo y sin mostrar nunca su identidad.
A Lucía casi le da un infarto cuando lee la novela, y no duda en hacer una crítica con toda sus letras en la página web de novela romántica que dirige con una amiga.
De esta forma se crea una guerra entre reseñadora y autor que no tiene desperdicio.
Encima, en medio de esta lucha, Alex y Lucía se conocen de manera casual sin tener ni idea quien es el otro en realidad... Entre ellos las chispas surgen sin remedio y ambos deciden dejarse llevar. Pero los amigos, vecinos y la mascota de Lucía no se lo pondrán fácil.
Una novela muy divertida, entretenida, fresca y ligera que termina de dejar claro que la autora puede con lo que se proponga.
Tiene unos personajes muy, muy reales a los que se les coge rápido mucho cariño.
Con unas escenas y diálogos que llevan el sello de gracia inconfundible de la autora, y que ha conseguido transmitirme todas las emociones posibles.
Porque en medio de lo cómico de la historia, tanto Alex como Lucía esconden algo más, y la novela, conforme avanzaba, va poniéndose más intensa y emocional, e irremediablemente se me fue metiendo cada vez más en el corazón.
Desde la dedicatoria la cuál me emocionó hasta las lágrimas, hasta el epílogo, la novela es una delicia. La recomiendo encarecidamente. Es una novela que no se puede dejar pasar.
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