Había leído críticas y comentarios muy buenos de este libro, y, aún sin quererlo, mis expectativas eran muy altas, pues no me ha defraudado en ningún momento. Decir que me ha encantado es poco, aún estoy en una nube.
Carla es un personaje que deja huella, poco a poco vas descubriendo su historia y lo que ha sufrido a sus veinte años, pero también en la gran mujer en que se ha convertido. Tras varios sucesos en su vida se refugió en su pasión, el manga, y ahora, dibujante de manga de cierta reputación ha conseguido la estabilidad que tanto le hacía falta. Puede pagar la residencia de su madre mensualmente y puede comer todos los días, algo que no podía hacer cuando inició su camino como hentai. Ella misma cree que es poco sociable, y vemos reacciones suyas que lo corroboran a lo largo de la novela, hasta que comprendemos todas y cada uno de sus actos.
A pesar de parecer una mujer fuerte, Carla es dulce, simpática y una amiga fiel. Tiene amigos que la quieren y gente que la respeta. Los mayores apoyos de Carla son su amiga Virginia, cómo me ha gustado este personaje por cierto, e Ítalo, ese joven al que conoció tras pintarlo a escondidas en el Retiro. Ambos son importantes para ella, pero nada podrá parar la llegada del subinspector Serra.
Un día Carla cae al río y tras ser rescatada confiesa haber visto a una joven en el fondo, sin saber que esa joven desapareció y murió diez años atrás. Ahora Carla sueña con la joven y con sus últimos momentos de vida. Sueños narrados de una forma extraordinaria, sin llegar a ser opresiva pero que ves como si de una película se tratara, lo que sentían, y lo que le sucedieron a esas personas, porque después de la primera joven, vendrán más.
Eric Serra no duda en tirarse de cabeza al río cuando ve caer a una joven. A partir de ese momento su vida y la de Carla quedarán unidas. Eric es el subinspector más laureado de su promoción, ha llegado donde está por méritos propios. Sin embargo, también ha tenido su cuota de sufrimiento y esconde un pasado que solo le revelará a Carla. Cuando la joven le habla de un asesinato que él mismo llevó cinco años atrás no dudará en viajar con ella hasta Palma para descubrir si el hombre que lleva esos años encerrados es inocente. Eric me ha enamorado, por su forma de tratar y respetar a Carla, por su actitud y por sus escuetas pero directas palabras. Es de esos protagonistas que intentan resistirse a sus sentimientos pero que cuando caen se entregan totalmente. Seguro que lo voy a recordar durante mucho tiempo.
Esos tres días en Palma son mágicos, y conseguirán que ambos se vayan conociendo y aprendan a confiar en el otro, sin olvidar la investigación que están llevando a cabo. Carla y Eric son muy distintos pero con una química tan explosiva que se percibe desde su primer encuentro, se nota la tensión y lo perfectos que son el uno para el otro. Reconozco que no me gustan las personas muy tatuadas, nunca me han gustado, pero esta novela está tan bien escrita y la trama se mimetiza tan bien con sus personajes que hasta me han llegado a gustar los tatuajes de Carla y el del pectoral de cierto policía.
Como he dicho antes, acabo de terminarla y aún estoy dentro de este fantástico universo que ha creado María José. Cómo me ha gustado y lo que he disfrutado con ella. Me ha parecido muy original, con una trama con unos giros inesperados y una historia que deja huella. Decir simplemente que es 100% recomendable no es hacerle justicia.
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