Conocí a Luna Dueñas con su anterior novela también publicada por la Selección. Fue un flechazo, por así decirlo, ya que en aquella ocasión la novela me atrajo como las polillas a la luz, y mi instinto no pudo ser más certero ya que me pareció una novela fascinante.
Estaba deseando leerla de nuevo, y aunque he tardado más de lo que me hubiese gustado, al fin he podido disfrutar de su segunda novela publicada, Voy a encontrarte.
No voy a mentir en que tenía las expectativas muy altas, por todo lo que me gustó la anterior, y digo sin duda alguna que esta las ha colmado totalmente.
Creo que es de las pocas novelas que el comienzo me ha hecho llorar. Sí, así literal. El tema de niños abandonados es algo muy sensible y creo que a todos nos rompe el corazón leer algo así. Pues el comienzo de esta novela lo rompe, porque nuestros protagonistas se conocen siendo niños en un orfanato... Así que con un inicio así, donde las lágrimas me salían al igual que la sonrisa, por Sofía sobre todo, la protagonista, que de niña es realmente admirable y adorable, es inevitable engancharse y no parar de leer hasta terminar la novela.
Personalmente, a mi la forma de escribir de la autora me llega mucho. No sé explicarlo, pero en la mayoría de los momentos mientras la leo, siento ese pellizco en el pecho que me es tan imprescindible para enamorarme de la historia y vivirla con tanta intensidad.
Cuento un poco de qué va la novela:
Como decía, Sofia y Darío son niños huérfanos cuando se conocen. Por diferentes motivos, sus vidas les ha hecho ser almas solitarias que se encuentran mutuamente para compenetrarse a la perfección. Pero al ser tan solo unos niños, no son dueños de sus destinos y al tiempo se separan de forma dolorosa e inevitable.
Ambos han sido adoptados y han vivido su vida de forma muy diferente durante años. Pero el destino y las ganas a reencontrarse vuelve a unir sus vidas... solo que ya no son niños y las circunstancias les ha hecho diferentes... ya parece que nada los une como cuando eran niños. Al menos en apariencia... El amor incondicional e inocente no es fácil de olvidar, a pesar de todo.
Una novela llena de emociones, de reencuentros, de un amor sincero rodeado de mentiras, venganzas y envidias. Pero amor puro al fin y al cabo, que me ha llegado al corazón y al alma.
Con unos protagonistas que he adorado, (aunque en algunos momentos Sofía haya sacado mi furia hacia ella) he sentido tanto cariño por ellos y su historia que me será difícil olvidarlos. Sobre todo a Darío, que es un amor, el protagonista perfecto.
Querría destacar también algo que me ha parecido curioso y a la vez me ha encantado de la forma en que la autora cuenta la historia. Y es que aparte de que para mi gusto está narrada de forma magistral y muy trabajada, está escrita en primera persona desde el punto de vista de ambos protagonistas. Cada capítulo se intercala entre ambos contando sus sentimientos y puntos de vista de lo que va pasando sin repetir escenas o momentos. Va todo rodado y contado muy bien. Me ha gustado mucho esta forma de narración, ya que creo que acerca al lector más a ellos, a todo lo que sienten y a entender el porqué de sus actos.
Creo que poco me queda que añadir más que en general valoro la novela como excelente, y que la recomiendo muchísimo. Es un autora a tener muy en cuenta y a la cual seguiré leyendo siempre. Le preveo un gran futuro.
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