Libro 7 de la serie "Los audaces Quinn"
LO ÚNICO QUE PUEDE HACER DOBLEGARSE A UN QUINN ES UNA MUJER...
El investigador Sean Quinn vivía de acuerdo con una regla: no implicarse jamás. Pero había un caso en el que le estaba siendo muy difícil seguir obedeciendo esa norma. Había localizado a un polígamo justo antes de que engañara a otra pobre mujer. ¿Cuál había sido su error? Había accedido a darle la mala noticia a la prometida. El problema era que Laurel Rand estaba ya en el altar esperando a casarse... fue entonces cuando le pidió que él se convirtiera en el novio.
Si no conseguía demostrarle a su tío que estaba casada, él dejaría toda su fortuna a unos coleccionistas. Pero no pasó mucho tiempo antes de que su tío se convirtiera en el menor de los problemas de Laurel. El mayor era tener que pasar tanto tiempo con Sean sin dejarse llevar por la increíble atracción que había entre ellos...
Es la historia de Sean el gemelo tímido de los Quinn. Sorprende que se haga tan largo un harlequín de poco más de 200 páginas .
El argumento no puede ser más increíble: El super detective Sean acaba sustituyendo al novio en el altar para salvar a una dama en apuros ( eso sí, con un cheque de por medio ). Laurel la chica rica que sólo quiere cobrar su herencia ( por una buena causa, cómo no!! ) y Sean que pasa de ser un soltero codiciado, al pelele de turno.
Diálogos pésimos y pamplineros.
El malvado tío Sinclair patético y el resto de los hermanos Quinn pasan de puntillas por el libro.
En fin, un libro para olvidar.
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