Se me escapan las palabras y no sé decir cuánto me ha gustado ni la cantidad de fibras que ha tocado en mi interior. Por un lado, la historia es profunda e intensa, llena de pasajes para recordar; por otro, cada una de sus páginas está preñada de sentimientos de todo tipo, todas las hojas de esta novela son importantes y no sobra ni un guión.
Es increíble la manera tan exquisita que tiene esta autora de narrar y de mantener viva la atención del lector sin decaer el deseo de continuar leyendo más y más y más hasta terminarlo. Y cuando vuelves la última página con la emoción pegada en tu piel, te queda una sensación inmensa de pérdida, de querer seguir leyendo, ya no sólo por lo buenísima que es la novela sino por el placer de haber leído una historia magníficamente escrita, deliciosamente contada… Extraordinaria.
Me gusta mucho cuando un escritor es capaz de volverme casi loca haciéndome cambiar de opinión en función de las razones que expongan el o la protagonista. Me encanta cuando los dos tienen motivos más que suficientes para reaccionar como lo hacen. Pero esta novela es mucho más que eso, porque aunque los cimientos sobre los que está levantada la trama son ya lo suficientemente conocidos como para que casi todos tengamos ya una posición tomada, la autora desgrana poco a poco historias individuales de diferentes miembros de cada pueblo desde el prisma de cada cultura. Tristemente, desde mi punto de vista, el hombre blanco siempre termina saliendo peor parado, algo que, por otra parte, hace ya muchos años que yo tenía muy claro.
Es una historia con pasajes muy duros que mantienen las emociones a flor de piel. Una historia que habla del alma humana y del poder del amor. El comanche protagonista me ha encogido el corazón millones de veces, y el coraje, la fuerza, la angustia, el dolor y los motivos de ella me han tenido en vilo y he sufrido con y por ella. Las últimas páginas las he leído con los ojos humedecidos y una enorme opresión en el pecho: el amor de la pareja se palpa.
Esta autora ha creado una novela romántica sin necesidad de inventar cosas raras, sin cargarla de sexo, con protagonistas humanos que reaccionan como tales, que sienten, que sufren, que se desenvuelven como lo que son, y lloran y ríen y piensan… y se rinden al amor a pesar de que el mundo, su mundo, está en contra.
Esta sí es el tipo de novelas románticas que yo quiero leer. Con una novela así le doy en la cabeza a cualquiera que se meta con el género romántico… pero lo hago, orgullosa, con una novela como esta, con sustancia, con enjundia, bien escrita. Este es el tipo de historias por los que yo me enamoré de la novela romántica y me enganché a ella.
Para mí es un auténtico novelón, así que GRACIAS a quien haya tenido el buen criterio de hacer que se publicarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.