El lugar de una mujer, de Barbara Delinsky

Esta no es lo que pudiéramos llamar una novela romántica pura, sino una historia de sentimientos.

Tengo que decir que el título ya me echó par atrás. El lugar de la mujer me sonaba a eso de: atada a la cama y con la pata quebrada. Además lo del marido celoso por el éxito de ella que la pide el divorcio y se quiere quedar con los hijos, me enfadó bastante. Lo cierto es que no me apetecía leer nada sobre el tema humillante que deben soportar algunas mujeres cuando dan con un borrico como el esposo de Claire, incapaces de ver más allá de sus narices, incapaces de ver a su esposa como a un igual. Pero di una oportunidad a la historia, por ver cómo lo trataba la autora.

El modo en que el sistema de Justicia trata este tipo de casos está muy bien plasmado en la historia. Nunca entenderé la causa por la que las mujeres de carrera que triunfan parecen ser demonios para algunos jueces que más que imponer justicia parecen querer gritar que la esposa debe estar en casa, cuidando del marido y los hijos aunque sea una lumbrera y se mueran de hambre. Su sitio está en el fogón y se terminó.

Los personajes tienen una profundidad que asombra. Te sientes indignada algunas veces y otras eufórica porque el argumento en enriquecedor y conmueve.

La protagonista es una mujer luchadora que ha conseguido crear un negocio importante con franquicias en las tiendas más importantes del país. Empieza desde cero, pero su inteligencia hace que el negocio crezca. Es ese tipo de empresaria que sabe jugar y ganar, que arriesga y que triunfa.

Brody, su socio y amigo, se nos hace tierno en la historia porque es el que ayuda a la protagonista cuando surge el problema del divorcio, de la posible pérdida de sus hijos y su vida está hundida. Está enamorado de Claire desde hace mucho, pero por respeto a su matrimonio se lo calla. Sin embargo, acaba por convertirse en el apoyo que ella necesita.

Johnny, nueve años de edad, y Kiki, de siete años, los hijos del matrimonio, están bien definidos y la autora nos hace ver cómo reaccionan ante el problema que se les presenta: un hogar destruído.

Dennis se hace odioso. Es un hombre celoso de su mujer o más bien de su éxito, que se ve sobrepasado por el triunfo de ella y es hasta capaz de acusarla de tener una aventura con Brody. Lo lamentable es que el juez, cerril el hombre, prefiere creerle a él porque tampoco le gustan las mujeres emprendedoras. Vamos, dos alhajas.

El libro, y lo aviso para las lectoras a las que no les gusta demasiado que esté escrito en primera persona, pues lo está. Pero en este caso hace la historia más densa, más creíble y más humana.

El romance entre Brody y Claire es muy bonito.

Creo que os puede gustar.

Mailo

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