He tardado en acabarme esta novela por dos razones: porque no he tenido mucho tiempo libre y porque es larga. Estamos hablando de casi seiscientas páginas. ¿Eran necesarias tantas para contar esta historia? Pues todo depende de cuánto queráis saber sobre la Edad Media. Y de cuánto os guste ir descubriendo los sentimientos de los personajes poco a poco.
Puede que me haya resultado un poco más larga que otras novelas, pero las he disfrutado porque me encantan los datos históricos que ha ido aportando; un modo estupendo de viajar en el tiempo, que de eso se trata La chica del pelo azul. Además, la narrativa es estupenda, lo que es otro punto a favor.
La personalidad de Alex y la de Robert chocan porque no queda otra. Porque hace más interesantes los diálogos y más bonitas las escenas de reconciliación.
Ella es una mujer decidida del siglo XXI que, de repente, se encuentra novecientos años atrás en el tiempo. No volverse loca, ya es un triunfo. El modo de adaptarse… y de ir adaptando a los demás a su extraño modo de comportarse, me ha gustado. También sus dudas.
En cuanto al protagonista, es admirable, asume las cosas con bastante serenidad, aunque lo que descubre también es para acabar encerrado en un manicomio. Consigue adaptarse a una mujer rara, que hace coas más raras, a la que en aquella época podían haber llevado a la hoguera, sin dejar de ser el guerrero medieval que debe vasallaje a su rey.
Se nota y mucho la documentación de la autora para escribir esta novela, algo de agradecer, al menos por mi parte.
El detalle del niño es un acierto, como lo es el de la intriga y, no digamos, el añadir al final la presencia de un personaje histórico del calibre de la reina Leonor.
Me he pasado la novela preguntándome qué haría yo de encontrarme en una situación similar a la de la protagonista. ¿Regresaría? ¿Volvería? Lo mejor de un libro es que te haga participar, ¿no? Pues leyendo esta novela he participado.
NIEVES
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