Conozco la narrativa y la imaginación de la autora desde hace tiempo y la sigo porque sus historias están llenas de ternura y de emociones. No voy a negar que me encanta su modo de contar los hechos, porque es obvio.
El inicio de esta serie de Minstrel Valley es, para mí, perfecto. Y bastante complicado de escribir; no solo debe plasmarse una historia y un romance, sino dar paso a las novelas que vienen detrás, cada una de la mano de una autora distinta.
En esta novela conocemos a los personajes de esta primera entrega, maravillosos ambos y con una pizca de gracia que me ha hecho sonreír en muchas ocasiones. Hay un pasado que marca las pautas para que los protagonistas tengan que conocerse, que me ha parecido muy interesante. La personalidad de ambos es genial, se me han hecho cercanos y he disfrutado con ellos, con sus batallas verbales y sus ironías cruzadas. Olivia y Marcus han dan la talla y con creces.
Ir conociendo poco a poco, capítulo a capítulo, ya no solo la escuela de señoritas de Lady Acton, una mujer maravillosa de la que quiero saber más, sino a las gentes del pueblo y los lugares de la localidad, ha hecho que sueñe. Casi podría pasear por allí con los ojos cerrados, aunque estoy segura de que en las siguientes novelas podré disfrutar de esos preciosos lugares de nuevo.
Si me lo pide el corazón es la punta del iceberg de la serie y, según mi humilde opinión, merece cinco estrellas, no solo por la bonita historia de amor, sino por conseguir introducirnos en un mundo ficticio donde cualquier romance es posible, a la vez que da paso a las siguientes historias. No es nada fácil hacer esto.
No os la perdáis, merece la pena tanto la pluma de Bethany Bells como entrar en ese pequeño pueblo de Hertfordshire, que ya me ha enamorado. Me temo que nunca nos vamos a querer ir… A mí me ha atrapado.
NIEVES
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