Desheredada, pero profundamente enamorada, Emily Spenser huyó a la Península con su apuesto y joven capitán. Seis años después, la viudedad la impulsó a regresar a Inglaterra... y a arrojarse a los brazos de Evan Mansfield, el irresistible conde de Cheverley. Evan le entregó su corazón... pero nunca podría darle su apellido. Profunda y eterna, así era la pasión que Emily Spenser inspiraba en Evan Mansfield. Aquella mujer era su destino, el amor de su vida, pese a no pertenecer a la nobleza. Pero el honor, y una promesa a su mejor amigo, exigían que se desposara con otra... y abandonara la única dicha que había conocido.
Tengo que empezar diciendo que el título de esta novela me parece simplemente horroroso. No sé cual sería el original, pero desde luego traducido te quita las ganas. Tengo que reconocer que no había leído nada, creo yo, de esta autora, pero bueno siempre es interesante conocer a alguna distinta de las que siempre leemos.
El personaje de la protagonista femenina, Emily, se nos aparece como una mujer viuda. Estuvo casada con un militar y lo amaba, pero de pronto se ve sin ese respaldo y se lleva a matar con su suegro que, por todos los medios, intenta hacer valer su fuerza para controlar a su nieto. Emily es una mujer fuerte y se resiste a dejarse dominar por ese hombre y mucho menos a que domine al niño. Hasta renuncia a todo por mantener su independencia y emprende la agotadora iniciativa de montar una tienda de sombreros. Digo agotadora porque alguien intenta hacerle la vida imposible y pone en peligro su negocio y por tanto el su sustento y el de su hijo.
El personaje masculino nos viene dado por la figura de Evan Mansfield, conde de Cheverley. Conoce a Emily por casualidad, porque su madre le ha hecho el encargo de recoger un sombrero de la tienda de ella. Sin poder impedirlo es testigo del modo en que se extorsiona a la muchacha y le ofrece su desinteresada ayuda. Tampoco puede remediar sentirse atraído por esa mujer que demuestra valentía ante el acoso.
Aquí ya empieza el toma y daca. Ella intuye que, viniendo de un hombre de su clase y tan atractivo, su ofrecimiento puede traer consecuencias. Pero ¿cómo no aceptar su ayuda? Se encuentra en una situación penosa y además él es muy guapo. Presiente sin embargo que no va a ser nada serio para ese hombre y que, como mucho, querrá tenerla como amante.
Me resultó curioso que él no sea el que le pide directamente a la protagonista que mantengan un romance, sino que es ella la que toma el control.
Al principio, el relato me ha parecido demasiado rápido, como si todo fuera muy aprisa. Luego se calma un poco y la narrativa asume un ritmo más lento que hace saborear mejor la historia.
Tanto él como ella se comportan de una forma que no acabas de entender pero que gusta. Por un lado, Evans empieza a darse cuenta de que la ama, y Emily se comporta como si no fuera más que su amante, aunque sus sentimientos por él son muy fuertes. Uno y otro empiezan la relación estando convencidos de que será algo pasajero, un escarceo y los dos perderán interés. Se confunden del todo, por descontado, porque su atracción crece y se convierte en un amor profundo que me ha gustado.
Como fondo tenemos la promesa que Evans ha hecho a un amigo y por la que debe desposarse con otra mujer. No quiere a esa, sino a Emily, pero se encuentra entre la espada y la pared, no puede faltar a su promesa pero tampoco se siente capaz de abandonar a nuestra heroína.
No es de lo mejorcito que he leído, no puedo negarlo, y la forma final en la que la autora acaba la historia no me ha parecido con el impacto que seguramente ella quería causar. Pero su lectura me ha resultado entretenida, fácil de seguir su argumento y me han agradado los personajes.
Se puede pasar un buen rato con ella.
Mailo
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