¡¡Cómo es posible que tuviese esta novela desde el 2019 y no la hubiera leído!! Tengo tantas pendientes que me pierdo. La compré porque me encantó el título, aunque no conocía a la autora. Y después de tantas historias más o menos realistas, necesitaba algo distinto, con un poco de magia. Así que, revisando lo pendiente, vi esta y a por ella fui.
¿Un poco de magia, he dicho? Pues no: esto es un vuelo a la fantasía más absoluta.
Qué historia tan preciosa y qué narrativa tan estupenda. Me ha hecho disfrutar a tope, llevándome a un mundo imaginario, a Eeyroon, donde conviven humanos, enanos, gigantes y elfos. Cada uno en su zona desde un antiguo acuerdo, ninguno debe traspasar los límites, ninguno debe saltarse las normas de la Piedra Negra.
Pero, aunque las distintas zonas de ese mundo estén separadas, un humano, el rey Varen de Doreldei, no puedo por menos que enamorarse de la Reina de las Hadas, Lisandra. En cuanto se ven saben que tienen que estar juntos, aunque sea un corto espacio de tiempo porque cada uno debe dedicarse a su reino, sacrificando su amor profundo. Un amor que tiene como consecuencia el nacimiento de una niña a la que llaman Jaedyth, que vive durante diecisiete años con su madre, Lisandra. Ella sabe que tiene un padre humano y dos hermanos, pero no los conoce. Sin embargo, los ama profundamente.
No todo es paz y armonía en Doreldei. El consejero la Morgue quiere el trono y, con mil argucias y la ayuda de un mago, consigue hacer desparecer al hijo y a la hija del rey Varen. Aparentemente, ambos han muerto, pero el lector sabe que no, que están en otro plano. Dos personajes tan estupendos no pueden desaparecer sin más, tienen que volver.
Sin más descendencia para dejar su trono, Varen no tiene otro remedio que enviar emisarios para que lleven a su hija Jaedyth al palacio, porque ella será la heredera. Lo que no gusta nada a La Morgue que, por todos los medios, y con la colaboración de sus esbirros, intentará matarla.
No cuenta con Aldric de Windmill, un simple escudero denostado desde que su padre fue muerto y acusado de traidor, que se convierte en la pieza clave en el viaje de la muchacha.
Una historia fascinante, de la que espero poder leer dentro de poco la continuación. Un mundo repleto de magia, de amor y de lealtad, donde todo puede pasar y te permite adentrarte en lugares paradisíacos que ninguna mente, salvo la de la autora, podía pintar de modo tan magistral.
He soñado despierta.
Nieves
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