Limoncello para Lena y... ¡adiós a su pena!, de Ana Álvarez

Bueno, pues con esta última entrega doy por finalizada la lectura de la serie Ebrias de amor, y tengo sentimientos encontrados. Por un lado, se quedan las risas; por otro, la pena de haber acabado estas entretenidas historias. 

Lena se unió la última al grupo JB, jueves borrosos, de la mano de Vero, la primera protagonista. No por eso ha sido menos divertido leer su romance, al contrario, porque ha supuesto otra tanda de carcajadas. Y es que estas chicas, cada una a su estilo, son capaces de hacerte olvidar las penas con sus locuras. 

Jefa, seria en su trabajo, Lena se vuelve otra persona cuando queda con el resto de la camarilla. Viste más sexy y se desmelena, por así decirlo; hasta se atreve a protagonizar un karaoke. Sin embargo, no puede dejar de lado el amor que siente por Ismael, un compañero de trabajo con el que pasó una sola noche. Hace todo lo que puede por olvidarlo y casi lo consigue hasta que la broma pesada de algunas chicas de la oficina, ponen a Ismael en un brete, enviándole mensaje de amor firmados por una tal Rosa. 

Ismael es un alma libre, no se quiere comprometer con ninguna mujer y a ninguna le promete más que una noche de diversión. Sin embargo, los mensajes le intrigan y empieza a vigilar los pasos de Lena, convencido de que es ella quien se los manda. Eso lleva a situaciones de lo más divertido, a momento en que está a punto de volverse tarumba y piensa lo peor de lo peor. 

Ana Álvarez es una maestra inventando enredos, malentendidos y momentos en que hay tal barullo que los protagonistas no saben por dónde salir. Ni siquiera la lectora sabe cómo desanudar lo que ha montado. Tanto en la historia de Vero como en la de Lena, esos embrollos te hacen soltar la carcajada. 

Es una historia fresca, donde Óscar, el marido de Vero, tiene un papel importante como amigo íntimo de Ismael. Es su paño de lágrimas, su confesor y su cómplice. Y claro, pasa lo que pasa… 

Si a una imaginación desbordante como la del protagonista de esta historia, le sumas los desvaríos de las chicas de JB, la risa está servida. Porque no hay misterio en la vida de Lena, pero él se monta una película que a punto está de tener que intervenir Jesús, el policía, marido de Chus. 

Espero que las autoras nos deleiten con otras historias (que intuyo que sí), porque reírse es estupendo y ellas han conseguido que lo hagamos con esta serie. 

Recomendada toda la serie al 100%.

Nieves 

Romántica

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