Esta novela es la quinta de esta serie, Cinco chicos con suerte. Un broche estupendo, porque no podía ser de otro modo.
He seguido las cuatro historias anteriores, que me han divertido, esperando la de Sandra y Marc porque, ya imaginaba, que iba a gustarme e iba a ser especial. Y así ha sido.
Marc, al que ya conocí desde la primera novela y a través de las tres siguientes, es un hombre atado y casado con su trabajo, con su empresa. Un tipo que dice siempre lo que piensa, aunque a los restantes no les agrade. No es de esos a los que les gusta dar una pincelada de azúcar y, casualmente por ello, sus cuatro amigos le piden opinión cuando quieren la verdad auténtica. Tras haber perdido a sus padres, se centra en levantar la empresa, hacerla la primera de su sector, y dedica las veinticuatro horas del día a ella, controlando todo, dirigiendo todo… Hasta tal punto que sus propios empleados-amigos le tienen que mandar a casa para que descanse, porque está estresado. ¡Y no piensa tener novia hasta que cumpla los cuarenta!
En realidad, no es el trabajo lo que le estresa, sino Sandra, la amiga de algunas de las parejas de sus amigos. Simplemente, no soporta su modo de ser, su forma de ver la vida, toda rosa, cuando él sabe que no lo es. Ahora bien, el rechazo que siente cada vez que coinciden, se da de tortas con una atracción que Marc ni siquiera sabe que existe entre ellos.
Sandra ha sido, durante las novelas anteriores, uno de esos personajes secundarios que te hacía reír o echarte las manos a la cabeza. Nunca sabía si estaba loca de atar o tenía más razón que un santo viendo la vida desde un prisma de amor y paz para todos. Pero sin duda, ha sido un personaje que se ha hecho querer, que me ha hecho sonreír a cada poco, y que me ha trasmitido cariño.
Sandra es psicóloga y todo lo opuesto a Marc. Cree que la vida es maravillosa, que hay que disfrutarla, dar amor a todos y ayudar a cualquiera. Tiene una red amplia de personas que opinan como ella y se socorren cuando hace falta, sin preguntar el motivo. Según ella, hay que dejarse llevar, fluir, permitir que el amor se expanda… Claro, todo esto le pone al chico a cien, no aguanta estar en la misma habitación que ella. Lo malo es que Sandra sabe que él es su media naranja, que son almas gemelas y que, tarde o temprano, deberá darse cuenta.
Me ha encantado disfrutar de este enfrentamiento que va cambiando poco a poco hasta convertirse en un “vale, empiezo a soportarte” y acaba en un amor auténtico. Y desde luego, me ha hecho feliz volver a disfrutar de los otros amigos y sus parejas: Alex y Laura, Amaya y Lucas, Elisa y Daren, y Raúl e Inés. Porque en las cinco novelas se ensalza la verdadera amistad y en el final de esta se demuestra que, siendo tan diferentes unos a otros, siempre serán una piña.
No os podéis perder esta serie.
Nieves
Compra esta novela aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.