Kensington, 1818 – Kensington 2018. Doscientos años de diferencia para regalarnos una historia preciosa, repleta de romanticismo, de poderes ocultos, de una anciana con conocimiento de las hierbas y del don de la sanación. El relato de una joven enamorada del hombre inadecuado. Magia desde que comienza hasta que termina.
La autora consigue llevarnos de una época a otra sin que nos demos cuenta. Nos deja ver el amor de una muchacha, su pérdida, su sed de venganza. Tanta es, que incluso después de doscientos años clama por ella.
Abigail es un personaje completo, una joven que sigue los pasos de su abuela y cree que el mundo es un lugar hermoso, hasta que un terrible suceso trunca tus sueños. La vemos convertida, mucho tiempo después, es una mujer fuerte, de carácter, que ha triunfado en la vida. Su antiguo mundo ha desaparecido arrasado por el progreso, pero ella debe seguir adelante porque se lo prometió al hombre que amaba y fue asesinado. Sin embargo, sabe que cuando consiga vengarse del sujeto al que ha odiado durante doscientos años, todo acabará, su inmortalidad finalizará y ella no habrá conocido el verdadero amor.
Pero el destino es caprichoso y, viviendo ya en el año 2018, conoce al hombre que lleva el alma del que odia, del que le arrebató a su amor. Que se sienta atraída por él, que lo vea con otros ojos, es algo que no entiende. Y volver a encontrarse con el hombre por el que suspiraba, acaba por hacer que dude. Necesita a la persona adecuada para poder tener la Visión, quien consiga que la Flor Púrpura abra sus pétalos y les deje ver lo que sucedió en realidad en el pasado, en Rossbury House. Y esa persona es Jenny, que entrará en la vida de la protagonista con fuerza.
Esta es una historia de almas que vuelven a encontrarse, de perdón y de nuevas oportunidades, de la búsqueda incansable de la verdad. El lector la va conociendo por medio de las cartas y las visiones de la abuela de Abigail, no así la protagonista.
William me ha enternecido porque es un alma desgraciada, atrapada en un círculo que le obliga a repetir los mismos errores una y otra vez.
Richard/Jason (el que era antes y el que es en 2018) es, simplemente, fascinante. Severo y aguerrido primero, apasionado y dulce después.
No hay un solo hilo suelto en la novela, todo encaja, la estupenda narrativa no decae en ningún momento y te mantiene en tensión, a la expectativa, metiéndote sin tú darte cuenta en la historia; tanto, que a veces te dan ganas de gritarle a Abigail que abra los ojos. Buscaba cualquier momento para volver al libro, ansiosa por saber qué sucedía en el capítulo siguiente.
Una flor mágica, un talismán, visiones de un pasado triste y dos romances tan bien descritos, tan bonitos, con tanta magia, que te ponen una sonrisa en los labios y te dejan plena de emociones.
El final, de lujo.
Hacía tiempo que no leía fantasía y esta novela ha sido un chute de adrenalina. De verdad, no os la perdáis porque es estupenda y te hace soñar.
Nieves
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