Conocer a la familia Marston es prenderse de ella y todas esperábamos la historia de los duques, porque después de saber la de sus vástagos, ya nos lo merecíamos. ¡Y qué bonita ha resultado!
Estamos en 1724 cuando Margaret y Eloise se conocen, se hacen amigas y se cuentan sus sueños de niña. Eloise sueña con casarse con un marqués y Margaret le promete que ella hará que lo consiga.
Han pasado los años y corre el año 1738, las dos niñas se han hecho mujeres, Margaret es la duquesa de Portland y Eloise tiene asumido que, siendo la hija de un simple vizconde, no está a la altura del hombre del que está enamorada: Charles Marston, lord Blackbourne y futuro duque de Westmount. Sin embargo, habrá de pasar las navidades en Bulstrode Park… y él estará allí.
Me ha gustado que Eloise consiga, poco a poco, suavizar el carácter serio de Charles, hacerle sonreír y hasta reír, cuando se ha criado en un ambiente falto de cariño. El modo en que él se va enamorando de aquella honorable señorita que lo rehúye, me ha encantado. Es un romance tierno, un poco pícaro por parte de él, y con escenas divertidas. Por alguna razón, a lo largo de la serie, me imaginaba que esta pareja tenía que ser así de jóvenes.
Debo destacar el amor y la complicidad entre los duques de Portland; la ternura de la pequeña Elizabeth con su media lengua; el enamoramiento de Desmond, hermano de Eloise, y Julianna; el perfectamente descrito personaje de Harriet Marston, la madre de Charles… Lo secundarios son magníficos.
Me ha puesto una sonrisa en la boca ver los enfrentamientos entre lady Bentwood y lord Etherington, y espero que a no mucho tardar tengamos su propia historia porque promete y mucho.
Y, por descontado, suplico a la autora que encuentre una dama para lord Sharrington y nos escriba también esa novela, porque me ha caído requetebién ese personaje y nos encantará disfrutarlo.
Estamos en 1724 cuando Margaret y Eloise se conocen, se hacen amigas y se cuentan sus sueños de niña. Eloise sueña con casarse con un marqués y Margaret le promete que ella hará que lo consiga.
Han pasado los años y corre el año 1738, las dos niñas se han hecho mujeres, Margaret es la duquesa de Portland y Eloise tiene asumido que, siendo la hija de un simple vizconde, no está a la altura del hombre del que está enamorada: Charles Marston, lord Blackbourne y futuro duque de Westmount. Sin embargo, habrá de pasar las navidades en Bulstrode Park… y él estará allí.
Me ha gustado que Eloise consiga, poco a poco, suavizar el carácter serio de Charles, hacerle sonreír y hasta reír, cuando se ha criado en un ambiente falto de cariño. El modo en que él se va enamorando de aquella honorable señorita que lo rehúye, me ha encantado. Es un romance tierno, un poco pícaro por parte de él, y con escenas divertidas. Por alguna razón, a lo largo de la serie, me imaginaba que esta pareja tenía que ser así de jóvenes.
Debo destacar el amor y la complicidad entre los duques de Portland; la ternura de la pequeña Elizabeth con su media lengua; el enamoramiento de Desmond, hermano de Eloise, y Julianna; el perfectamente descrito personaje de Harriet Marston, la madre de Charles… Lo secundarios son magníficos.
Me ha puesto una sonrisa en la boca ver los enfrentamientos entre lady Bentwood y lord Etherington, y espero que a no mucho tardar tengamos su propia historia porque promete y mucho.
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Nieves
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