Me he adentrado en la segunda entrega de esta trilogía con muchas ganas de continuar viaje por este mundo de fantasía creado por la autora.
Antes…
En la primera entrega conocí el reino de Therram, viví su asedio y su caída, supe quiénes eran los layowin y los osyawin, me acerqué a Astyhurghal (el mar verde) y sentí muy de cerca la fuente de Gräss, con cuya agua se fabrica el cristal de la luz. Sufrí también con el rey Hádam cuando se ve perdido. Y tuve esperanza al saber que Irgam consigue salvar las tres Rosas de Cristal de Luz, escondiéndolas de Argmenon: la primera en Hürr, la segunda en Vernot, la tercera en Odnumar… el mismísimo reino de Argmenon.
Ahora…
El tiempo ha pasado, Irgam ha fundado el reino de Yerisail y ha sido un excelente gobernador para su pueblo, pero los enemigos no dan tregua y la desgracia cae sobre ellos. De los descendientes de quiénes consiguen escapar es esta segunda historia.
Sin abandonar el recuerdo de los personajes anteriores, la autora nos mete de nuevo en una aventura fantástica donde nos va revelando más secretos y nos presenta personajes interesantísimos.
El protagonista es el joven Kyros, que nunca ha sabido quién fue su padre y vive en el pueblo de Hakkaran. Un muchacho que no tiene ni idea del peso que va a caerle sobre los hombros cuando Irgus, un anciano al que estima en demasía, le obliga a viajar con él a Ilmahid para instruirse. Dejar a sus amigos no le agrada, pero algo le impulsa a seguir a Irgus, yendo de sorpresa en sorpresa. Porque nada es lo que parece, e Irgus mucho menos.
No voy a revelar mucho más del argumento porque quiero que viváis la aventura como yo lo he hecho, asombrándoos en cada página de los giros de la historia. Quiero que sepáis quién es realmente Irgus, qué papel juega Kyros en todo esto, que admiréis a Asthor, que os repugnen Kaino y Thardem. Para nada os voy a decir quiénes son estos tres últimos personajes, pero os adelanto que juegan un papel importante en la aventura.
Un mundo imaginario donde se suceden las guerras por el poder absoluto de los reinos, traiciones, valentía y amistad. Sí, también hay un pelín de romance juvenil que endulza tanta desolación y fatigas.
¡Qué bien me lo he pasado!
Si os gusta la fantasía no podéis dejarla pasar.
Nieves
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